La forma en que puedes moverte con facilidad de un lado al otro es probablemente gracias al cambio climático. Cuando el clima en África hace millones de años era más húmedo y había más árboles, nuestros antepasados más antiguos se movían trepando en ellos. Los científicos piensan que cuando el clima en África se volvió más seco y el número de árboles se redujo, nuestros antepasados tuvieron que moverse de una nueva manera: caminando sobre dos pies a través de pastizales.

A medida que el clima cambiaba, los tipos de plantas también cambiaban. Esto a su vez produjo un cambio en los tipos de alimentos a los que nuestros antepasados podían acceder. Diferentes tipos de comida requieren diferentes tipos de dientes que permita a los animales procesar los alimentos de manera eficiente. Tus dientes, por ejemplo, son diferentes a los de tu perro. Esta misma lógica permite explicar el por qué los dientes de los primeros humanos cambiaron. Paranthropus probablemente comía gramíneas y pastos duros, por lo que necesitaba mandíbulas y dientes grandes. Por otro lado, Homo comía más carne, desarrollando así dientes más pequeños.

Finalmente, el cambio climático hizo que nuestros antepasados más recientes, los humanos modernos (Homo sapiens), tengan una mayor dependencia en herramientas complejas. Para sobrevivir a los grandes cambios climáticos, como los de la Edad de Hielo, fue necesario el uso de nuevas tecnologías como las tecnologías de proyectil. Cuando cambiaron los tipos de plantas y animales que podían comer, crearon nuevas y complejas herramientas para ayudarlos a recolectar, procesar y cocinar los alimentos. Por ejemplo, para cazar grandes animales de forma segura, nuestros antepasados hicieron herramientas como arcos y flechas donde no era necesario acercase mucho a la presa.

Podemos decir que cada etapa de la vida de los primeros humanos cambiaba cada vez que el clima lo hacía.