Tener grandes cerebros es una de las caracteristicas que nos define como humanos. No todos nuestros ancestros homininos tenían cerebros grandes como nosotros. Nuestros ancestros más tempranos tenían cerebros que eran muy similares al de los chimpancés. Los cerebros de los chimpancés son grandes en comparación con los de otros primates, pero no en comparación con los de nosotros los humanos. A medida que pasaba el tiempo, los cerebros de nuestros antepasados se hicieron más y más grandes. Descubrir por qué y cómo ocurrió este cambio es fundamental para el estudio de la paleoantropología.

La principal hipótesis sobre "cómo" nuestros cerebros se hicieron más grandes se centra en los alimentos consumidos. Los cerebros requieren de mucha energía para crecer y mantenerse. Para tener un cerebro grande, nuestros antepasados necesitaban comer alimentos que proporcionaran mucha energía. Los científicos creen que el consumo de carne y la cocción de alimentos jugaron un papel importante en la evolución de nuestro cerebro. La carne y los alimentos cocidos proporcionan los nutrientes y la energía necesarios para el desarrollo del tejido cerebral. Entonces, por ejemplo, si nuestros antepasados hubiesen sido capaces de acceder regularmente a carne de carroña o de animales cazados, habrían podido desarrollar un cerebro más grande. Esto explicaría cómo nuestros cerebros se hicieron más grandes, pero no cuál fue la fuerza impulsora detrás de este aumento en el tamaño del cerebro. ¿Por qué era necesario tener un cerebro grande?

Nuestra necesidad de interactuar unos con otros y nuestras sociedades complejas son las que impulsaron el aumento del tamaño del cerebro. Los humanos son animales altamente sociales. Aprender toda la información necesaria para vivir en sociedades complejas requiere de un largo período de aprendizaje. Esta es la razón por la cual el periodo de desarrollo de los humanos es tan largo. Se necesita tener también cerebros grandes capaces de almacenar toda esa información social. Los científicos creen que la necesidad de interactuar y cooperar se hizo más importante a medida que el clima se volvió más variable e impredecible. Nuestros antepasados tuvieron que encontrar formas inteligentes de encontrar comida y sobrevivir en un mundo cambiante. Para hacerlo, tenían que confiar y cooperar entre sí.

En general, no hay una única razón por la cual nuestros cerebros crecieron. Fue el resultado de varios factores: la comida que comiamos, el clima en el que vivíamos y nuestras sociedades cada vez más complejas.