Es otro día típico. Te despiertas por la mañana. Tu familia se está preparando para salir de casa. Aguardas ansiosamente pasar el día aprendiendo y jugando con amigos.
Bajas del árbol en donde duermes por la noche. Mamá comienza a hurgar en tu cabello. Es momento de tomar el desayuno, por lo que coges un puñado de hojas y las masticas.
No todos los primates viven en los árboles. Los humanos no lo hacemos, pero aun así compartimos muchas cosas en común con simios y monos. Como primates, los humanos somos buenos para escalar y tenemos un cerebro grande. Pero ¿qué hay sobre cómo nos comportamos? ¿Actuamos de manera similar a los monos y simios? Hay una rama especial de la ciencia que se dedica a responder estas preguntas: la primatología.
Los primatólogos estudian a los primates no humanos con el objetivo de aprender más sobre ellos y sobre nosotros. Si le preguntas a un primatólogo, él o ella te dirá que los humanos se comportan de manera muy similar a otros primates. Otros primates no viven en casas y no viajan en autobuses o automóviles para ir a la escuela. Pero sí pasan tiempo con sus familias, aprenden unos de otros e incluso juegan.
Terminas tu desayuno y es hora de continuar tu día. Debes ir a buscar agua y plantas sabrosas para comer. Tu familia y amigos se reúnen en un gran grupo. Todos juntos empiezan la travesía a lo largo del territorio.
Los primates que viven en grupo se llaman ‘primates sociales’. No todos los grupos de primates son iguales. Algunos viven en grupos grandes y otros en grupos pequeños. No todos los monos y simios son sociales tampoco. Algunos son solitarios (viven solos) o viven en parejas monógamas.
Los tamarinos son monos del Nuevo Mundo nativos de América Central y del Sur Frecuentemente, los tamarinos viven en pequeños grupos compuestos por la familia nuclear. Incluso de adultos, los hijos viven con sus padres y ayudan a cuidar a sus hermanos menores. Eventualmente, sin embargo, los hijos mayores se independizarán para formar sus propias familias.
Por otro lado, los mandriles (incluidos dentro de los monos del Viejo Mundo) viven en enormes grupos, cada uno de los cuales puede llegar a tener cientos de machos y hembras. Si bien los individuos de un mismo grupo no están necesariamente relacionados por parentesco, todos contribuyen a la defensa grupal. Se unirán para ahuyentar a otros mandriles que quieran apoderarse de su territorio. Asimismo, los machos pelearán contra los depredadores que representen una amenaza para las hembras y mandriles bebé. Dado los recursos limitados, puede haber mucha competencia por comida y parejas. En grupos grandes, los primates luchan por tener acceso a los mejores y mayor cantidad de recursos.
Otros primates sociales viven en grupos formados por un macho y muchas hembras. En este tipo de grupo social, el macho suele ser el único individuo que se aparea con las hembras de su grupo. Generalmente, los machos que no consiguen formar su propio grupo con hembras se juntan entre ellos, formando grupos de solteros itinerantes. Sin embargo, un macho soltero siempre buscará tomar el liderazgo de un grupo de hembras ya establecido, y de lograrlo, tendrá el monopolio de las mismas por un tiempo.
Finalmente, los chimpancés tienen una organización social única. Dentro de cada gran grupo de chimpancés, los individuos se separan y se unen en subgrupos día a día. Estos subgrupos siempre están en estado de cambio, a diferencia de otros grupos sociales en donde los miembros son estables.
Cuando hace calor los miembros de tu grupo se detienen a descansar. Mamá va a tomar una siesta. Tus hermanas mayores juegan y se acicalan entre ellas. Tú, en cambio, decides ir a explorar.
De repente escuchas un fuerte grito. Es una alerta que indica la presencia de un leopardo. Vuelves al grupo. Todos se esconden en los árboles. Tienes suerte. Esta vez, el leopardo decide ir en búsqueda de otra presa.
La mayoría de los primates diurnos (activos durante el día) disfrutan vivir en grupo.
Los primates que viven en grupo pueden unirse para defender un territorio común o protegerse contra los depredadores. Los primates que pasan tiempo en grupo suelen también ser más saludables y felices.
El cercopiteco verde es un tipo de mono del Viejo Mundo que vive en el este y sur de África. Suelen pasar tiempo tanto en los árboles como en el suelo. Los depredadores pueden atacarlos desde los árboles, el suelo o el aire, por lo que los cercopitecos verdes usan diferentes llamadas de alarma para advertir a otros miembros del grupo de estos peligros. Por ejemplo, una llamada de alarma ‘tipo águila’ hará que los miembros del grupo se escondan bajo los arbustos cercanos. Una llamada de alarma ‘tipo leopardo’ los enviará a esconderse a los árboles. Una alarma ‘tipo serpiente’ los hará ponerse de pie y mirar el suelo con cuidado.
Los primates sociales también se benefician de estar físicamente cerca el uno del otro. Muchos primates se acicalan y asean mutuamente. Esto es como peinar el cabello de tu amigo. Durante esta actividad, un individuo peina el pelaje de otro. Eligen garrapatas y otros insectos y se aseguran de que estén limpios. Estos insectos son a menudo un sabroso refrigerio para el primate ‘peluquero’ encargado del aseo. El acicalarse mutuamente ayuda también a reducir el estrés en ambos primates ¿Alguna vez te has sentido más animoso después de acariciar a un gato o un perro? Así es como se sienten los primates después de acicalarse entre ellos.
El trabajo de los antropólogos consiste en responder diferentes preguntas desde el punto de vista físico, social y cultural que les permita lograr un conocimiento integral del ser humano. Los primatólogos tratan de responder esas mismas preguntas sobre los primates no humanos. Así, los antropólogos y primatólogos pueden trabajar juntos para aprender más sobre la evolución humana.
Los primatólogos pasan mucho tiempo con primates no humanos en su hábitat natural. Por ejemplo, algunos primatólogos hacen trabajo de campo en África o Sudamérica para ver lo que hacen y cómo se comportan los primates que viven ahí. Generalmente, observan un grupo específico de individuos por un largo período de tiempo, tomando notas sobre dónde van y con quién pasan el tiempo. Los primatólogos no solo hacen trabajo de campo en primates sociales que viven en grandes grupos, sino también en primates solitarios y en aquellos que viven en parejas.
Otros primatólogos estudian animales que viven en cautiverio, como por ejemplo los animales que viven en zoológicos. Crean juegos para ver cómo los simios y los monos aprenden a resolver problemas. Los primates jóvenes (que no han alcanzado la edad adulta) son especialmente buenos para aprender cosas nuevas.
Tristemente, los humanos representamos una de las mayores amenazas para la supervivencia de otros primates. Necesitamos trabajar duro para salvar a nuestros parientes vivos más cercanos. De lo contrario, podríamos perderlos para siempre.
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