Para los primates no humanos el vivir en un gran grupo puede parecerse mucho a la cafetería de tu escuela. Todo el mundo habla en voz muy alta y no siempre se puede encontrar un espacio donde sentarse.
Ser demasiado ruidoso puede atraer el tipo de atención equivocado. Si estás gritando en la cafetería, un maestro puede decirte que bajes la voz. Para un primate es mucho peor que eso: ser demasiado ruidoso atraerá depredadores. Un leopardo no les dice a sus potenciales victimas (por ejemplo, un par primates bulliciosos y distraídos) que hagan menos ruido. En cambio, tratará de atacar a aquellos que no se dan cuenta de que se está acercando furtivamente.
El espacio también se convierte en un problema en grandes grupos. Si hay demasiadas personas sentadas en una mesa, es posible que deban separarse. Del mismo modo, si demasiados primates se alimentan en el mismo árbol, es posible que deban separarse (unos se quedan en el árbol y otros deben irse en busca de un nuevo árbol). Aquellos que se van en busca de un nuevo árbol muchas veces deben alejarse del grupo, volviéndose más vulnerables a los depredadores. Además, cuando encuentran un nuevo árbol, es posible que los frutos u hojas no estén maduros y que por lo tanto no sean comestibles o saludables.
Muchos primates pequeños y nocturnos comen insectos en lugar de frutas u hojas. Los individuos viven solos y controlan su propio territorio. No pelean por los mismos insectos. No ahuyentan a sus posibles presas ya que son silenciosos. Los machos y hembras solo se encuentran en ciertas épocas del año para aparearse.
Asimismo, muchos primates viven en pares. Estas parejas monógamas están compuestas por un macho y una hembra que viven juntos de por vida. Ambos defienden su territorio de otros machos y hembras. Los machos que viven en parejas monógamas son a menudo buenos padres y pasan tiempo cuidando a sus hijos.
Why did the size of our brains change over time?
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