Estás en el cine viendo una película. Pero, no logras concentrarte pensando en el pedazo de palomita de maíz atrapado entre tus molares (muelas). Encuentras un mondadientes en tu bolsillo y logras finalmente deshacerte del pedazo de palomita de maíz que te estaba fastidiando. Al ver la punta del mondadientes, te das cuenta de que hay un poco de sangre que viene de tus encías. Tu diente palpita de dolor.
Incluso el pedazo más pequeño de comida atrapada entre los dientes puede causar dolor, y si es que no nos deshacemos de él, hasta puede causar una infección. Si bien los dientes son sensibles, la parte de los dientes de color blanco perla (la que cepillas diariamente) llamada esmalte es la sustancia más dura que produce el cuerpo humano, y la más rica en calcio. Por más que el esmalte es la sustancia más dura que producimos, alimentos con alto grado de acidez, como el refresco carbonatado, pueden debilitarlo considerablemente.
Aunque usualmente solo vemos el esmalte, la mayor parte del diente está hecha de dentina. La dentina es un poco más dura que el hueso, pero más suave que el esmalte. La dentina es un tejido sensible a diversos estímulos (como el frío o el calor) y se renueva a lo largo de nuestra vida. Cuando tienes sensibilidad dental o sospechas de tener caries, es tu dentina la que te hace saber de este problema. La dentina se encuentra directamente bajo el esmalte. Es además el tejido que compone las raíces de los dientes. Así como las raíces de los árboles sujetan el árbol al suelo, las raíces de los dientes los asegura a los huesos de la boca, la maxila y la mandíbula.
Los dientes no solo están formados de esmalte y dentina. Un tercer tejido, llamado cemento, cubre las raíces y funciona como pegamento entre las raíces y los huesos de la boca. Así, el cemento da a tus dientes un soporte adicional. Debajo de la dentina se encuentra la pulpa dentaria (llamada comúnmente ‘nervio’), un tejido conectivo que nutre y mantiene la dentina. Todos estos tejidos trabajan de manera conjunta para ayudar a mantener nuestros dientes fuertes y saludables.
Cuando piensas en lo que es lo que hacen los dientes, probablemente piensas en el rol que cumplen cuando comemos. Sin embargo, los dientes hacen mucho más que eso. Los dientes también nos ayudan a hablar. Algunos animales, como los castores, usan sus dientes para construir refugios. Podemos decir entonces que los dientes son como las navajas suizas. Las navajas suizas tienen muchas herramientas, como destornilladores, tijeras y diferentes tamaños de cuchillas. Lo mismo es cierto sobre nuestros dientes. Nuestros dientes son como kits de herramientas portátiles que vienen en diferentes formas y tamaños
Tenemos dientes superiores e inferiores. De adultos, los humanos usualmente tienen un total de 32 dientes, divididos en cuatro tipos diferentes que ayudan a realizar tareas específicas: incisivos, caninos, premolares, y molares. Son en total ocho incisivos, cuatro caninos, ocho premolares y doce molares. El término que se usa para los dientes que vienen en diferentes tamaños y formas es heterodonto. Heterodonto significa ‘dientes con formas diferentes’. La mayoría de los mamíferos, incluido los humanos, tienen dientes heterodontos.
Los incisivos son los dientes que se encuentran en la parte delantera y central de la boca. Tienen forma de palas pequeñas y planas, o cinceles. Los incisivos sirven para cortar los alimentos en pedazos más pequeños. Por ejemplo, cuando comes una manzana, usas tus incisivos para hacer tu primera mordida. Otros primates, como los lémures, tienen incisivos inferiores con forma de peine, por lo que se les conoce como ‘peine dental’. Los lémures usan sus peines dentales para mantener sus pelajes arreglados.
Los caninos están al costado de los incisivos y se conocen comúnmente como colmillos. Son afilados y puntiagudos. Algunos animales usan sus caninos para procesar alimentos; por ejemplo, para desgarrar alimentos fibrosos como la carne. Sin embargo, muchos animales también utilizan sus caninos para comunicarse. Si un perro está enojado, probablemente mostrará sus caninos. Esta es su manera de comunicarse. Al mostrar sus caninos, el perro básicamente está diciendo ‘déjame en paz’.
También es común que los gorilas y chimpancés machos muestren sus caninos. Hacen esto para alejar a posibles rivales en busca de hembras para aparearse y/o para proteger a las hembras de su grupo. Dado que los machos utilizan sus caninos para comunicarse con otros machos, los grandes simios machos tienen caninos mucho más grandes que las hembras. Las diferencias de tamaño y forma entre machos y hembras de una misma especie se conoce como dimorfismo sexual. En comparación con los grandes simios, los humanos, hombres y mujeres, tenemos caninos pequeños, lo cual se debe a nuestra historia evolutiva.
Detrás de cada canino, los humanos tenemos dos premolares. Se llaman premolares pues están inmediatamente delante de los molares. Por su anatomía y posición intermedia, los premolares participan junto a los caninos en el desgarre de alimentos, aunque principalmente cumplen junto a los molares la función de molienda y trituración de la comida. Nuestros premolares se caracterizan por ser de forma oval con dos protuberancias (o cúspides) marcadas. En los grandes simios, el premolar inferior más próximo al diente canino es muy diferente al nuestro. Tiene forma triangular y se desliza contra el canino superior al abrir y cerrar la boca. Esto permite a los grandes simios afilar el canino usando un mecanismo similar al que usamos al afilar un cuchillo deslizándolo contra una piedra de afilar.
Los molares son los dientes que se encuentran más lejos de la boca. Tenemos hasta tres molares en cada lado de la maxila/mandíbula (es decir, 12 en total). Sin embargo, muchas personas solo tienen ocho molares pues los terceros molares, conocidas como muelas del juicio, a veces crecen torcidas o de forma parcial y son extraídas por el dentista. La palabra molar proviene del latín molāris, que se traduce como ‘pertenecer a un molino’. Los molares tienen forma cuadrada o rectangular y están compuestos de varias protuberancias (cúspides) y crestas. Usamos nuestros molares como molinos para triturar, moler y masticar la mayoría de los alimentos que comemos.
Cuando un organismo muere puede convertirse en fósil. Denominamos fósil a los restos antiguos de un organismo, como un animal o una planta, que se han preservado de forma natural. Gracias a que los dientes están compuestos por una gran cantidad de materia inorgánica, éstos se preservan muy fácilmente a través del tiempo. Por ello, la forma y el tamaño de un diente puede mantenerse intacta durante millones de años. Cuando miramos los dientes fosilizados, a menudo podemos descubrir cuál fue su principal función con solo mirar su forma y tamaño. Los paleoantropólogos muchas veces dependen exclusivamente de los dientes para entender cómo vivían los humanos y otros animales en el pasado.
Imágenes adicionales de dientes molares a través de Wikimedia Commons.
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Utilizamos nuestros dientes molares para triturar, moler y masticar nuestros alimentos.