Una mirada a nuestro pasado

Miras al cielo de noche. Las miles de millones de estrellas te pueden hacer sentir realmente pequeño en el universo, pero también muy especial. Todos venimos de generación tras generación de personas. Nuestros antepasados vivían, tenían hijos y transmitían sus conocimientos a otros a pesar de las dificultades de la época. La tecnología ayudó a los humanos a superar esas dificultades. Cada especie es única, pero nuestra capacidad de reflexionar sobre nuestro lugar en el universo y transmitir conocimiento nos hace particularmente especiales. 

La arqueología es el estudio de las actividades humanas a través de la cultura material. Los científicos estudian piedras y huesos antiguos para entender cómo se comportaban las personas en el pasado. Cuándo exactamente comenzamos a comportarnos como “humanos” es difícil de reconstruir pues miles de años atrás existían otras especies humanas tempranas. Algunos de nuestros antepasados incluso fabricaron y usaron herramientas de piedra y probablemente actuaban de manera muy similar a nosotros. ¿Fue entonces la constante fabricación y uso de herramientas lo que nos hizo humanos?

Pero ¿qué significa ser “humano”? Esta es una de las preguntas más importantes que los seres humanos nos podemos hacer, y mirar hacia atrás en nuestra historia nos ayuda a responderla.

Un callejón sin salida en Europa

Hace más de 100 años, un grupo de investigadores descubrió algo inusual en las cuevas del Valle de Neander en Alemania. Encontraron, junto con herramientas de piedra, los huesos de una criatura con características humanas. El esqueleto tenía mucho en común con los esqueletos humanos de hoy en día, pero también grandes diferencias. Esta criatura habría sido muy robusta y de extremidades cortas. Los arcos superciliares arriba de las cejas eran muy pronunciados. No tenía mentón. Y la parte posterior de la cabeza estaba conectada a músculos del cuello particularmente gruesos. Se dice que, si esta criatura se sentara a tu lado en el autobús, probablemente te cambiarías de asiento. Pero esta no es una especie alienígena: es un neandertal.

Hacia fines del 1800 no había métodos para determinar la edad de los huesos de los neandertales. Sin embargo, el hecho de que estos huesos fueron encontrados en niveles del suelo más abajo que el de los esqueletos de los humanos modernos significaba que los neandertales eran más antiguos. Esto se debe a que las capas fósiles más antiguas tienden a estar en la parte inferior y las más recientes en la parte superior. Es así como los científicos inicialmente pensaban que los humanos modernos habían evolucionado a partir de los neandertales en Europa. Se pensaba que los tipos de artefacto encontrados con los neandertales se alineaban mejor con el comportamiento no humano. Por otro lado, los artefactos encontrados con los esqueletos humanos en las capas superiores del suelo fueron vistos como "modernos".

Después de 150 años de investigaciones y descubrimientos, ahora sabemos mucho más acerca de dónde venimos. En el pasado, la mayoría de los estudiosos de fósiles provenían principalmente de países europeos. Era más fácil para ellos hacer trabajo de campo dentro de Europa, por lo que es allí donde se lleva a cabo la mayoría de descubrimientos. Esto hizo parecer que Europa fue el centro de los principales acontecimientos de la evolución humana. Sin embargo, a medida que se hicieron más y más investigaciones en África, Asia y Australia, la historia de nuestra evolución cambio sustancialmente.

El cuerpo alimenta la mente

Es importante hacer aquí la distinción entre cuerpo y mente pues el origen del cuerpo humano moderno y el del comportamiento humano moderno no necesariamente van de la mano. Los restos fósiles más antiguos de Homo sapiens permiten identificar las primeras evidencias del cuerpo de los humanos modernos. Si resucitamos y hacemos que un antiguo Homo sapiens vuelva a la vida, esta persona podría sentarse a tu lado en el autobús y es posible que no te des cuenta. ¡Pero si intentaras hablar con él o ella, las diferencias quedarían al descubierto rápidamente! Aspectos relacionados con el comportamiento son mucho más difíciles de determinar a partir del registro arqueológico. Hablaremos más sobre esto en un segundo.

Fabricando modernidad

Sin registro histórico es difícil determinar con precisión el comportamiento “moderno” de los humanos. Tradicionalmente, los estudiosos usaban sitios europeos para definir lo que era y no era considerado comportamiento moderno. Así, los artefactos utilizados por los neandertales durante el Paleolítico Medio, hace unos 100,000 años, no eran vistos como “modernos” y los artefactos utilizados por humanos del Paleolítico superior, hace unos 40,000 años, si lo eran. Por ejemplo, entre los artefactos del Paleolítico Superior encontramos una gran cantidad de cuchillas de piedra (lascas el doble de largo que de ancho), así como también herramientas hechas de conchas y huesos y piezas de arte. Ninguno de estos artefactos ha sido encontrado en sitios del Paleolítico Medio asociados con neandertales.

Las primeras definiciones de lo que se consideraba comportamiento moderno no duraron mucho tiempo. El descubrimiento en África de diversos tipos de herramientas mucho más antiguas que aquellas encontradas en Europa cambió nuestra visión de modernidad. Hoy en día sabemos que las cuchillas de piedra fueron usadas en Sudáfrica desde hace unos 500,000 años, en un sitio llamado Kathu Pan 1. Parecería que estas cuchillas fueron unidas a mangos de madera y usadas como lanzas. Restos de ocre, un mineral usado como pigmento para pintar símbolos, han sido encontrados a lo largo de África en varios sitios que datan de hace unos 160,000 años. Esta evidencia en África hace que nos cuestionemos cuando ocurre en realidad la evolución de nuestro cuerpo y mente pues casi desaparece la brecha de tiempo entre el origen de la anatomía moderna y el de los artefactos modernos planteada inicialmente.

¿Quién crees que eres?

Somos los últimos en llegar dentro de un grupo de homínidos fabricantes de herramientas que dejaron África para establecerse en todo el mundo hace unos 50,000 años. El ser humano es un ser social, vivimos y trabajamos bien con otros en grupos grandes, incluyendo personas con las que no estamos estrechamente relacionados por parentesco. Somos particularmente buenos aprendiendo cosas y transmitiendo conocimiento a las nuevas generaciones. La información que transmitimos a estas nuevas generaciones puede convertirse en el comienzo de nuevas ideas y formas de resolver grandes problemas en nuestra sociedad. Podemos usar símbolos para comunicar ideas complejas.

Pero hay aún muchos aspectos de nuestra historia que recién nos estamos empezando a preguntar. ¿Cuándo y por qué nace la cooperación en los humanos? Si la cooperación es un valor fundamental del ser humano, ¿por qué existen las guerras? ¿podemos hacer algo al respecto? Los filósofos y los científicos están tratando de responder estas grandes preguntas. Y la arqueología está también empezando a ayudar a proporcionar algunas de las respuestas.