Si has visto fotos tuyas de bebé, probablemente hayas notado que tu cabeza era grande en comparación con el resto de tu cuerpo. Probablemente, fue mucho más grande en comparación con el resto de tu cuerpo de lo que es ahora. Aun así, tu cabeza era bastante pequeña en comparación con su tamaño actual.
La razón de esto es que los cerebros, al igual que todos los demás órganos, deben crecer para alcanzar su tamaño adulto. Los órganos pueden crecer a diferentes velocidades: pueden crecer rápido o lento. Si el crecimiento ocurre rápidamente, se alcanza entonces un tamaño adulto a una edad más temprana. Por otro lado, si el crecimiento ocurre lentamente, el tamaño adulto se alcanza a una edad más tardía.
Para el cerebro, un crecimiento lento significa un tiempo más largo para absorber información. Esto es muy importante para nosotros los humanos pues somos una especie inteligente y social. La forma en que crece nuestro cerebro nos permite aprender la información social necesaria para vivir en nuestras sociedades. Los científicos observan cómo el tamaño y el crecimiento del cerebro humano difiere de otros animales. Hacen esto para descubrir cuándo surgieron estas diferencias durante la evolución humana. Esto nos permite entender mejor los rasgos que nos definen como humanos y cuándo nos volvimos así.
Los primates son un grupo de mamíferos placentarios al que pertenecen los humanos. Los primates tienen cerebros más grandes que otros mamíferos. Por lo tanto, las madres primates dan a luz bebés de cerebro grande. Entre los primates, sin embargo, los cerebros humanos son los más grandes. Así, las madres humanas dan a luz a los bebés primates de cerebro más grande. Los cerebros humanos son tan grandes al nacer que los bebés no pueden soportar sus propias cabezas durante los primeros meses de vida. Nuestros cerebros deben ser así de grandes al nacer para poder llegar a tener el gran tamaño que tiene el cerebro adulto.
Aunque los cerebros humanos son grandes al nacer, éstos solo representan el 27 por ciento del tamaño del cerebro adulto. Comparemos esto con algunos de nuestros parientes cercanos, otros primates. Los chimpancés, nuestros parientes vivos más cercanos, nacen con aproximadamente el 36 por ciento del tamaño de su cerebro adulto. Los macacos están un poco más distantemente relacionados con nosotros. Nacen con aproximadamente el 70 por ciento del tamaño de su cerebro adulto. Dado que desarrollamos cerebros más grandes que otros primates, los humanos también debemos desarrollar un porcentaje mayor de nuestro cerebro adulto fuera del útero, una vez que nacemos.
En los humanos, la tasa más alta de crecimiento cerebral ocurre durante los nueve meses previos al nacimiento. Una vez que el bebé nace, el crecimiento del cerebro comienza a disminuir, aunque igual continúa a un ritmo relativamente rápido durante sus primeros años de vida. En los humanos modernos, el tamaño del cerebro adulto se alcanza alrededor de los 12 años, pero la estructura en sí continúa madurando (es decir, continúan habiendo conexiones entre las células del cerebro) por muchos años.
Los cerebros de los chimpancés crecen a un ritmo más lento que los cerebros humanos. Se sabe además que los cerebros de los chimpancés tienen un tercio del tamaño de los cerebros humanos. Debido a estos dos factores, los cerebros de los chimpancés alcanzan un tamaño adulto alrededor de los seis años; es decir, a una edad mucho más temprana que en los humanos.
Si bien los cerebros crecen rápidamente en el útero, existe un límite respecto del gran tamaño que puede tener un cerebro al momento del nacimiento del bebé. El tamaño del cerebro al nacer está limitado por el tamaño de los huesos de la cadera de la madre. En el momento del nacimiento, la cabeza es la parte más ancha del bebé. La cabeza tiene que pasar por el pasaje formado por los huesos de la cadera de la madre. Este pasaje se conoce como el canal de parto. Si la cabeza del bebé es demasiado grande para el canal de parto, el bebé no podrá nacer. Como resultado, los huesos de la cadera de los humanos son anchos, y los huesos de la cadera de las mujeres son más anchos que los de los hombres.
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